domingo, 7 de abril de 2013

De "El antropólogo inocente" (fragmentos).

  • «La vida universitaria de Inglaterra se basa en toda serie de supuestos arbitrarios. En primer lugar, se supone que si uno es buen estudiante, será un buen investigador. Si es buen investigador, será también un buen enseñante. Si es buen enseñante, deseará hacer trabajo de campo.» (pp. 17)
  • «No son precisamente datos lo que le falta a la antropología, sino más bien algo inteligente qué hacer con ellos.» (pp. 20)
  • «Francamente, entonces me pareció, y me sigue pareciendo ahora, que la justificación del estudio de campo, al igual que la de cualquier actividad académica, no reside en la contribución a la colectividad sino en una satisfacción egoísta. Como la vida monástica, la investigación erudita no persigue sino la perfección de la propia alma.» (pp. 20)
  • «La antropología africana debe ser una de las pocas áreas donde la ramplonería llega a ser considerada un mérito.» (pp. 22)
  • «Por lo visto los aborígenes tenían el monopolio de los sistemas de matrimonio endemoniadamente complejos.» (pp. 22)
  • «Al fin y al cabo, la mayoría de las investigaciones tienen su inicio en un vago interés por un área determinada de estudio y raro es el que sabe de qué tratará su tesis antes de haberla escrito.» (pp. 22-23)
  • «Al marcharme me invadía una extraña fatiga acompañada de una persistente sensación de humillación e incredulidad que, con el tiempo, acabaría conociendo muy bien.» (pp. 28)
  • «Sea como sea, lo que yo tomé como un mozo entusiasta se apoderó prontamente de la bolsa donde llevaba mi cámara fotográfica. Al contemplar cómo en un abrir y cerrar de ojos cómo desaparecía en la distancia, hube de reconsiderar mi juicio inicial y emprendí la persecución utilizando todo tipo de frases inusuales en la conversación diaria.» (pp. 32)
  • «Como buen inglés, quizá me impresionó más de lo razonable el hecho de que personas que no conocía de nada me saludaran y sonrieran en la calle, aparentemente sin segundas intenciones.» (pp. 34)
  • «...y sufrí por última vez el ataque de las prostitutas. Estas señoras son seguramente los miembros menos sutiles del oficio que he visto jamás. Un sistema de abordaje perfectamente aceptable consiste en abalanzarse sobre el varón elegido y echarle mano sin más preámbulos entre las piernas con un gesto cargado de depravación; es recomendable evitar ser acorralado en el ascensor en tales circunstancias.» (pp. 36)
  • «Los taxis consisten en grandes furgonetas Toyota o Saviem construidas para acomodar de doce a veinte personas en las cuales en las cuales los propietarios pretenden meter entre treinta y cincuenta. Si el vehículo produce la falsa impresión de estar a punto de reventar, la solución corriente es arrancara toda velocidad y seguidamente accionar los frenos , lo que permite siempre hacer sitio para un par de personas más.» (pp. 37)
  • «Aunque sólo sea por eso, del antropólogo se puede decir que es un trabajador inocuo, pues el oficio tiene como uno de sus principios éticos interferir lo menos posible en lo que uno observa.» (pp. 39)

Barley, Nigel (2004). “Las razones” en: El antropólogo inocente, España: Anagrama, pp. 20.

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